Al empezar a redactar este texto, recordé la historia de la película Encuentro conmigo o the kid, en la cual un hombre con relativo éxito profesional agrede permanentemente a sus compañeros de trabajo. Su vida no tiene mayor sentido y se encuentra, sin saberlo, con su niño interior quien era gordito y a quien le hacían matoneo o bullying en la escuela.
Este pequeño lo lleva a recordar el momento en que su padre, debido a un incidente escolar, lo culpó por el estado de salud de su madre, el cual era muy delicado. En la escena, el progenitor le dice a su hijo que con sus problemas escolares va a matar a la mamá. A los pocos días, la madre fallece.
Esa conversación marca un hito en la vida del pequeño, porque ha sido herido, y con la herida se inserta en su alma un mensaje: «Eres malo». Y el niño acepta ese mensaje, que lo lleva a dar un giro negativo a su vida a partir de ese momento.
El alma de un niño es sensible, buena y dulce; su esencia es divina; y por eso, debemos darnos a la tarea de ir por ese pequeño gran ser para darle el amor que pudo haberle faltado en su infancia. Te preguntarás: ¿por qué hablar con tu niño interior? Porque existe y te necesita.
Tal vez fuiste herido en tu infancia, y ese dolor te ha desconectado del disfrute de la vida. No permitas que ese dolor siga instalado en tu ser: busca ese pequeño gigante que tienes dentro y abrázalo.
¿Cómo hacerlo?
Hay muchas formas de hallarlo: empieza por escribirle una carta donde le expliques que aquello que lo hirió, ya pasó y que él no es culpable; que te tiene a ti para amarlo y aceptarlo tal como es.
Ahora que eres adulto puedes encontrar una explicación racional a lo que pasó; probablemente tu padre, al igual que el mío, tenía miedo y no sabía cómo actuar y te abandonó, o, tal vez, pasaron muchas cosas diferentes y tus padres hicieron lo que consideraron mejor para ti en ese momento. Eso no lo entendió el niño y es importante que se lo explique el adulto.
El adulto y el niño necesitan reconciliarse. Acariciar tu pequeño gigante es un proceso hermoso y la carta puede ser un buen comienzo, pues al sanar esa relación vas a crecer interiormente y te vas a deshacer de algunas creencias limitantes que te mantienen bloqueado a nivel personal, de pareja, de familia, laboral o financiero.
Es importante, para tener la vida que deseas, que reconozcas tu historia y la vayas resignificando, es decir, que tengas la capacidad de observar lo sucedido de manera neutra y que puedas detectar las explicaciones que diste a eso que sucedió, porque esas explicaciones pueden cambiar ahora que eres adulto y, a partir de esto, puedes darle un giro positivo a tu vida para que tu pequeño gigante pueda crecer y expandirse a un universo de amor y abundancia.
Este es un regalo hermoso que me di hace algunos años cuando supe que tenía niña interior, y desde aquel entonces le hablo a mi pequeña gigante y le digo que la amo, que es inteligente, amorosa y digna de todas las bendiciones o regalos del universo.
Puedo decirte que mi vida ha cambiado positivamente desde que decidí aceptar a mi niña interior, abrazarla y hablarle amorosamente; la he empoderado y ahora tenemos paz.
Mi deseo para ti es que busques a tu niño interior y lo mires a los ojos, visualízalo, y dale una explicación a lo sucedido, si la tienes, y si no ¡invéntala! Y créela porque nuestro pequeño no distingue lo real de lo imaginario. Crea la mejor historia y convéncelo para que sane y empiece a crecer en armonía y abundancia.
Deseo con todas las fuerzas de mi corazón, que sanes la relación con tu pequeño gigante para que la grandeza de tu ser se eleve tan alto como sea posible
Mi reflexión para hoy es que busques tu niño interior e inicies un diálogo con él a través de una carta, una conversación o de la manera que te resulte más cómodo hacerlo, y le ayudes a sanar las heridas del pasado para que puedas crecer
Quiero que crezcamos juntos en las diferentes áreas de nuestra vida. Y en las próximas entregas trabajaremos el aspecto financiero…¿Me acompañas?.
One Comment
Muy buena reflexion